El arquitecto Carlos Raúl Villanueva no nació en Venezuela, sino en Inglaterra, en el Consulado del país en Londres, el 3 de mayo del año 1.900. En ese momento su padre trabajaba como diplomático en el reino Unido. Su madre, Paulina Astoul, era una joven procedente de una familia de la clase alta parisina. A los 7 años el pequeño Carlos viaja a París, donde realiza sus estudios. En 1.922 se inscribe en la École Nationale Supérieure des Beaux-Arts de la capital francesa, para cursar arquitectura y urbanismo.
Villanueva se forma bajo las ideas del funcionalismo del famoso arquitecto francés Le Corbusier y con la influencia de la Escuela Bauhaus de Alemania. Posteriormente, estos preceptos se los transmitirá a sus alumnos de la Universidad Central de Venezuela.
En 1.928, el recién graduado Carlos Raúl Villanueva llega a conocer Venezuela y viaja a los Estados Unidos, donde trabaja junto a su hermano Marcel, también arquitecto, en una firma de arquitectos de Nueva York. Al año siguiente regresa a Venezuela y comienza a realizar su portentosa obra, cuyos primeros grandes ejemplos fueron la remodelación del Hotel Jardín de Maracay, donde posteriormente funcionó la gobernación del Estado Aragua y el diseño de la Plaza Bolívar de la misma ciudad.
En 1.933 Villanueva contrae nupcias con una joven de la alta sociedad caraqueña llamada Isabel Margarita Arismendi, su querida Margot, con quien tuvo cuatro hijos: Francisco, José, Paulina y Caruso. Margot le acompañó hasta la muerte y luego se hizo cargo de la Fundación que lleva el nombre del arquitecto.
El legado de Carlos Raúl Villanueva
Después del Hotel Jardín, Villanueva recibe el encargo del realizar la Plaza de Toros Maestranza César Girón, en Maracay, una hermosa edificación, inspirada en la Maestranza de Sevilla, que se inauguró en 1.933.
Al finalizar la larga etapa gomecista, Caracas entraba poco a poco a la modernidad. Villanueva diseñó los edificios del Museo de Bellas Artes en 1.938 y el Museo de Ciencias en 1.940, ambos en Los Caobos. Uno de los primeros proyectos que buscaba poner orden en la organización de la ciudad fue la reurbanización de El Silencio. Carlos Raúl Villanueva participó en el concurso, realizado en 1.945 para la realización de la obra, donde compitió contra Carlos Guinand.
Villanueva puso mucho empeño en este proyecto y lo ganó. Su gran interés era la calidad de vida de la gente y se lamentaba de la forma desordenada en que había crecido Caracas.
En 1.944 el Gobierno de Venezuela compra la hacienda Ibarra, se decidió establecer allí la nueva sede de la Universidad Central de Venezuela y se encarga a Carlos Raúl Villanueva del proyecto. El arquitecto entendió que esta sería la obra donde podría poner en práctica sus ideas, que ya discutía en clases con sus estudiantes: era necesario integrar la arquitectura con las artes y crear prensando en la funcionalidad del espacio y su adecuación al entorno. Era el concepto de la «Síntesis de las Artes».
La planificación y construcción de la Ciudad Universitaria de Caracas tomó toda la década de los 50’s, pero el arquitecto trabajó en ella el resto de su vida. En 1.961, la UCV le otorga un Doctorado Honoris Causa y en 1.963 se le honra con el Premio Nacional de Arquitectura, por el diseño de la sede de la principal casa de estudios del país.
Otros trabajos también ocuparon el tiempo de Villanueva en esos años: la urbanización 2 de Diciembre, que es la actual parroquia 23 de Enero de Caracas; su propia residencia, la Casa Caoma, en la urbanización La Florida, construida en 1.953 y la Casa Sotavento, en el litoral central, de 1.958.
Ya hacia el final de su vida, el gran arquitecto diseña el Pabellón de Venezuela para la Exposición Universal de 1.967 en Montreal y el Museo Jesús Soto, inaugurado en 1.973 en Ciudad Bolívar. Carlos Raúl Villanueva murió en Caracas el 16 de agosto de 1.975, hace hoy cuarenta y cinco años. La Fundación Villanueva mantiene vigente el legado del maestro.
La obra de Carlos Raúl Villanueva no solo queda plasmada en el concreto de sus creaciones, de formas audaces, sino en haber llevado la arquitectura en Venezuela a nivel de referencia mundial con su ejemplo de modernidad en la “Síntesis de las Artes” de la Ciudad Universitaria de Caracas, que fue declarado por la UNESCO como Patrimonio Cultural Material de la Humanidad en el año 2000. Además, queda la influencia del maestro sobre las generaciones de alumnos que contribuyó a formar. Sin duda, como lo ha expresado el arquitecto argentino Francisco Bullrich, Carlos Raúl Villanueva fue “el arquitecto que más ha hecho por concentrar la atención del mundo sobre la producción arquitectónica venezolana”.
