El artista plástico Venezolano Carlos Cruz-Diez nació en La Pastora, la tradicional parroquia de la ciudad de Caracas el 17 de agosto de 1923. Junto a Jesús Soto, Alejandro Otero y Juvenal Ravelo conforma el movimiento del arte cinético venezolano, que se ha proyectado a nivel mundial. La obra de Cruz-Diez crea una noción diferente del color y de su relación con el espacio y el tiempo.
La obra del maestro Carlos Cruz-Diez se extiende por seis décadas desde mediados de los años 50 del siglo pasado, reivindicando «la toma de conciencia de la inestabilidad de lo real”, donde el espectador toma parte de la creación según su perspectiva, de una forma a la vez lúdica y racional. Un gran estudioso del color, sus investigaciones, que realizó hasta más allá de los 90 años de edad, lo posicionan como un gran teórico del tema.
Carlos Cruz-Diez estudió en Caracas, en la Escuela de Artes Plásticas y Aplicadas, donde se interesó por la obra de Héctor Poleo y Francisco Narváez. Posteriormente trabajó en esa misma institución como docente. Entre 1.944 y 1.955, desarrolla actividades en las artes gráficas. En este período viaja a Nueva York para estudiar diseño y publicidad. En 1.954 comienza a interesarse por la abstracción geométrica, sorprendiendo al presentar sus proyectos murales en el XV Salón Oficial Anual de Arte Venezolano, realizado en el Museo de Bellas Artes.
Al año siguiente viaja a España y se radica por un tiempo en Barcelona, presentando en Madrid sus Parénquimas y los Objetos Rítmicos Móviles. En 1.959 inicia sus series Color Aditivo y Fisicromías, resultado de sus investigaciones sobre el color.
Un investigador del color
El artista decide radicarse en París de manera permanente en 1.960. A partir de este momento empieza a presentar su obra en instituciones de renombre mundial, como el Museo Stedelijk de Amsterdam, donde expone junto a Robert Rauschenberg, Marcel Duchamp y Victor Vasarely. En 1.963 desarrolla las Inducciones cromáticas, las Cromointerferencias y las Transcromías Aleatorias. Su participación en la exposición The Responsive Eve de 1.965, en el Museo de Arte Moderno de Nueva York, significa la consagración del arte cinético a nivel mundial.
El año de 1.969 instala el Laberinto de Cromosaturación en el boulevard Saint-Germain de Paris. Al año siguiente expone de manera individual en el pabellón de Venezuela da la XXXV bienal de Venecia.
Las Cromosaturaciones continúan el trabajo investigativo iniciado diez años antes con las fisicromías y el color aditivo. Estos estudios se complementan con los Cromoscopios y el Color en el espacio. En todos ellos el artista experimenta con el comportamiento del color. Estos trabajos se extenderán en el tiempo hasta 1.995. Su libro Reflexión Sobre el Color, recoge muchos aspectos de este trabajo creativo.
El legado de Carlos Cruz-Diez
La producción de Carlos Cruz-Diez ha sido expuesta en importantes galerías y museos de todo el mundo, tanto en forma colectiva como en exhibiciones individuales. En Venezuela se han integrado sus creaciones a varios edificios públicos, como el Centro Nacional de Acción Social por la Música, el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía y la Central Hidroeléctrica Raúl Leoni.
Igualmente, diversas obras suyas se encuentran en espacios como el Marlins Ballpark Stadium de Miami, la Cinta Costera de Panamá, el Parque Juan Carlos I de Madrid o la Boutique Longchamp de París.
El Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez se inauguró en Caracas en 1.997. El artista fue nombrado Presidente del Museo y miembro del Consejo Superior de la Fundación Museo de la Estampa y del Diseño Carlos Cruz-Diez. En 2.005 su familia creó la Cruz-Diez Art Foundation, que se dedica a conservar y difundir el legado artístico y conceptual del Maestro.
Las memorias de Cruz-Diez se publicaron en el año de 2.014, bajo el título Vivir en Arte, Recuerdos de lo que me Acuerdo. El Maestro del Color, Carlos Cruz-Diez, murió en París el 27 de julio de 2.019.
En mis obras, el color aparece y desaparece en el transcurso del diálogo que se genera con el espacio y el tiempo real. Simultáneamente, aparece de forma incuestionable el hecho de que la información adquirida, así como los conocimientos memorizados en el transcurso de nuestra experiencia vital, no son, probablemente, ciertos… al menos parcialmente.
Carlos Cruz-Diez
