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sábado, junio 3, 2023
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Zea, un hermoso rincón andino

Enclavado entre las montañas del Parque Nacional General Juan Pablo Peñaloza el encantador pueblo de Zea, un remanso de paz en medio de Los Andes merideños, atravesado por una carretera que permite comunicación con la ciudad de Tovar, a solo unos 13 kilómetros, y con El Vigía.

Los orígenes de Zea se remontan a 1.783, cuando Matías José Escalante, Juan Antonio Escalante y Felipe Márquez, agricultores provenientes de La Grita, se establecieron en las cercanías de la quebrada Murmuquena. Los títulos de propiedad de tierras se otorgaron el 26 de abril de 1.786, fecha que se toma como la fundación de la aldea de Murmuquena. En 1.850 se elevó la aldea a la categoría de parroquia y se le dio el nombre de Zea, en homenaje al prócer de la independencia Francisco Antonio Zea, nativo de Colombia.

El centro de la población es la Plaza Bolívar con jardines bien cuidados. Frente a ella resalta la hermosa iglesia de Nuestra Señora de las Mercedes, patrona de Zea, que se viste de fiesta cada 24 de septiembre. Las casas alrededor de la plaza son de típico estilo andino, con sus techos de tejas y grandes ventanales de madera.

Además del encanto de recorrer este apacible pueblo, se puede subir a La Cuchilla, para ver al Santo Niño y tener una espectacular panorámica del valle. Otro bonito paseo es acercarse a la Laguna Blanca o Laguna de Mariño, a solo 11 kilómetros, un lugar ideal para llevar a los niños y entrar en contacto con la imponente naturaleza del páramo andino.

Vista panorámica de Zea
Vista panorámica de Zea. Fuente: Naranjal de Zea.

El Niño de la Cuchilla

En Zea se venera la imagen del Santo Niño de la Cuchilla, una pequeña figura de alabastro de unos 10 centímetros aproximadamente. Representa al divino recién nacido, recostado en la losa de un sepulcro, con la cabeza apoyada sobre una calavera y un orbe rematado por una cruz junto a su vientre desnudo.

El relato más fidedigno sobre la imagen lo dio la señora Josefa Barrios Mora, quien fue miembro de la Junta Pro-Capilla del Santo Niño durante los años 40. Cuando las monjas Clarisas fueron expulsadas de Mérida por orden de Guzmán Blanco, en su huida hacia Bogotá fueron alojadas en las Tapias de Bailadores, por la familia Hernández, quienes les prestaron unas bestias y un peón para acompañarlas. En pago, una de las hermanas les regaló la imagen a los campesinos.

Santo Niño de la Cuchilla
Santo Niño de la Cuchilla. Fuente: Joanlink / Wikimedia (CC BY-SA 4.0).

Los Hernández se mudaron luego a Zea, llevando la imagen con ellos y se instalaron en el sitio conocido como La Cuchilla, una fila en las montañas a un par de kilómetros del pueblo. Con el tiempo, la imagen pasó a manos de la vecina familia Vera, quienes colocaron al Santo Niño en una tablita. Era una familia muy pobre y no poseían ningún altar para colocar la imagen. Pero el Niño comenzó a hacer milagros y a la gente le llamo mucho la atención.

En 1.935, el Padre Ramón Angulo resolvió hacer un cuartito y un altar para el Niño. La gente le pedía favores y subía a pagar las promesas ofrecidas. Para el año de 1.949, el Párroco Juan Eduardo Ramírez citó a las personas más representativas de Zea y crearon la Junta Pro-Capilla del Santo Niño. Unos arquitectos italianos se encargaron de la construcción del templo, que se inauguró al año siguiente. La pequeña iglesia fue remodelada en 1.995.

La imagen está alojada en un relicario de oro. El santuario del Niño de la Cuchilla atrae cada año a miles de lugareños y turistas el 6 de enero, cuando desde Zea se realiza la peregrinación para subir al Niño a su altar. 

Santuario del Niño de la Cuchilla
Santuario del Niño de la Cuchilla. Fuente: Mapio.

Alojamiento

Zea es un pequeño pueblo pequeño sin una buena infraestructura turística. El Hotel Murmuquena, en la Calle 4, la Posada el Rinconcito Encantado, diagonal al Parque y la Posada Casona Pie de Monte, en la vía al Cementerio, son algunas de las pocas opciones para hospedarse.

En Inversiones Dávila Santiago Food, frente a la Plaza Bolívar, en el Sabor Zedeño, al final de la Carrera 3 y en el Bar y Restaurante El Amanecer, al final de la Carrera 1, se consigue comida sabrosa, sencilla y económica. No deje de comer aquí un buen caldo de gallina y, por supuesto, los ricos pasteles andinos.

¿Cómo llegar a Zea?

Desde El Vigía, se debe tomar la Autopista San Cristóbal – La Fría hasta El Quince. Un poco más adelante se pasa el Peaje de Zea y aproximadamente a 1 kilómetro de hay una bifurcación, allí se sale de la Autopista y se incorpora a la Carretera El Vigía – Zea. Es un recorrido de 41 kilómetros que demora cerca de una hora.

Laguna Blanca, Páramo de Mariño
Laguna Blanca, Páramo de Mariño. Fuente: Joanlink / Wikimedia (CC BY-SA 4.0).
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