La Sultana del Ávila, la de los techos rojos, la de la eterna primavera, cantada en canciones y retratada en múltiples lienzos, la capital de Venezuela cumple 453 años. Hoy es su día de aniversario, Caracas festeja con toques de tristeza, pues la ciudad ha sido duramente golpeada por la crisis. Pero allí sigue, bella, esperando altiva por un futuro que sin duda será mejor.

Un valle privilegiado
El valle habitado por la tribu de indígenas Caracas, fue escogido por Francisco Fajardo para fundar una ranchería, llamada San Francisco, en 1.560. No duró mucho este asentamiento, pues los constantes ataques de los indígenas, comandados por Guaicaipuro, terminaron por destruirlo.
Algunos años más tarde, Diego de Losada refunda la ciudad, el 25 de julio de 1.567, dándole el nombre de Santiago de León de Caracas, en homenaje al apóstol Santiago en el día de su onomástico. Apenas doce años después, la pequeña ciudad desplazaba a Coro como la capital de la Provincia de Venezuela. Su estratégica ubicación geográfica en un valle cercano al mar favorecía el comercio y las comunicaciones de la colonia con la metrópoli española.
Con el correr del tiempo, la ciudad atestiguó algunos de los momentos más importantes de la historia nacional y se convirtió en una ciudad moderna, sin nada que envidiar a las grandes capitales del mundo.

Inspiración de artistas
Caracas siempre ha sido fuente de inspiración para artistas nacidos en ella o llegados de tierras lejanas. El pintor de su Ávila, Manuel Cabré, llegó muy niño a Caracas y no se pudo marchar nunca más. Dejó un legado de hermosas imágenes de la ciudad, siempre resguardada por la imponente montaña. El poeta caraqueño Juan Antonio Pérez Bonalde la describió con emoción en su Vuelta a la Patria:
¡Caracas allí está; sus techos rojos, su blanca torre, sus azules lomas, y sus bandas de tímidas palomas hacen nublar de lágrimas mis ojos! Caracas allí está; vedla tendida a las faldas del Ávila empinado, Odalisca rendida a los pies del Sultán enamorado.
Simón Díaz, llanero del sur de Aragua, se inspiró en en Caracas para escribir canciones como El niño del Ávila y El Superbloque. Otro tanto hizo el dominicano, pero caraqueño de corazón, Billo Frómeta, con ¡Epa, Isidoro!, El Muerto de las Gradillas o su Canto a Caracas.

Una ciudad moderna
El siglo XXI encuentra una Caracas que ha desbordado el valle original, y que se ha fundido con otras poblaciones, como Petare, Baruta, El Hatillo o Las Adjuntas. Esta moderna ciudad cuenta con centros culturales de primer orden, museos y universidades y en ella se desarrolla una actividad comercial pujante, que se traduce en la construcción de enormes torres de oficinas y centros comerciales.
La crisis económica ha detenido momentáneamente este desarrollo y la ciudad, antes congestionada y bulliciosa, pasa por una época de receso. Sin embargo, la vida urbana sigue latiendo y Caracas se despierta cada mañana con multitudes que salen a perserverar en la construcción de un país mejor.

En su aniversario Caracas muestra sus contrastes
Pese a ser la capital del país, los contrastes siempre han caracterizado a Caracas. La urbe con sus modernos corredores financieros convive con un cinturón de pobreza. El Guaire, que antaño fue balneario y sitio de esparcimiento para los caraqueños, hoy es fuente de ingresos para los que buscan objetos en su cauce, justo al lado de avenidas repletas de cafés y restaurantes de lujo.
Muchos citadinos gastan tiempo y esfuerzos en busca de agua para sus necesidades más básicas, mientras en surtidos bodegones se consiguen aguas embotelladas traídas del extranjero que se pagan en divisas.

Sin embargo, al caer la noche la ciudad luce espléndida, como si se olvidara de sus pesares y se vistiera de luz. La antigua ciudad de los techos rojos ya no existe, pero la primavera siempre llega después del invierno y en Caracas, la primavera es eterna.
¡Feliz 453 aniversario Caracas!

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