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Visitando la Cueva del Guácharo

En las serranías de Cerro Negro, muy cerca del encantador pueblo de Caripe en Monagas, se encuentra la Cueva del Guácharo. Sin duda, la cueva más visitada del país. Una enorme caverna con más de 10 kilómetros de longitud, que es el hogar de los guácharos, peculiares aves nocturnas.

Estatua de Alexander Von Humboldt
Estatua de Alexander Von Humboldt. Fuente: Eduardo Saavedra Altuve / Wikimedia CC BY-SA 3.0.

Para proteger la Cueva y el ecosistema de los guácharos se creó el Parque Nacional El Guácharo por decreto del 27 de mayo de 1.975. El Cerro Negro, lugar donde se ubica la Cueva ya había sido declarada como el primer Monumento Natural de Venezuela, el 15 de julio de 1.949, cuando se le dio el nombre de Alejandro de Humboldt. El científico alemán exploró la Cueva en 1.799, y se refirió a ella en su libro Viaje a las regiones equinocciales del nuevo continente.

El Parque Nacional El Guácharo está ubicado en las serranías Cerro Negro, Cerro Papelón y Cerro El Periquito del Macizo de Caripe, entre los Estados Monagas y Sucre. Lo conforman dos unidades separadas: la de Cerro Negro, donde está la Cueva del Guácharo, y la de la Cuenca Media del río Caripe. 

Cartel en el Parque Nacional Cueva del Guácharo. Fuente: César Pérez / Wikimedia CC BY-SA 4.0.

La Cueva del Guácharo está ubicada a pocos kilómetros del pueblo más cercano, Caripe del Guácharo. En la actualidad, se considera que las galerías de la caverna tienen una longitud aproximada de 10.200 metros, de los cuales se han medido con exactitud 9.400 y el resto se basa en estimaciones.

Entrada a la Cueva del Guácharo
Entrada a la Cueva del Guácharo. Fuente: Sankirumi / Wikimedia CC BY-SA 3.0.

El origen de la caverna se debe a la erosión del agua sobre la roca caliza sedimentaria del Cerro Negro. Los minerales cálcicos se disuelven cuelan por la roca, y al volver a depositarse forman lentamente espeleotemas, formaciones rocosas de las cuales las más comunes son las estalactitas (que cuelgan del techo de la cueva), las estalagmitas (formadas por la acumulación de depósitos en el suelo) y las columnas (fusión de una estalactita y una estalagmita).

Espeleotema en el Paso del Silencio
Espeleotema en el Paso del Silencio. Fuente: Mamanzana / Flickr CC BY 2.0.

Estos espeleotemas toman formas caprichosas y se les ha bautizado con nombres curiosos, según les encuentran semejanzas: La Virgen del Valle, El Ángel de la Guarda, El Cardón, la Virgen del Carmen, La Palmera, el Alcatraz en Picada, la Cabeza de Elefante, el Cuarto de los Enamorados, el Cuarto del Olvido, la Pila de Agua Bendita o La Torre, una espectacular estalagmita con 18 metros de alto.

A lo largo de la cueva existen muchos salones o galerías. Entre ellos se encuentran: La Galería de los Guácharos, por donde se ingresa a la Cueva y debe su nombre a que allí es donde moran estas peculiares aves; el Gran Salón del Derrumbe; el Salón del Silencio, denominado así por la tranquilidad que se siente al dejar el bullicio de la Galería de los Guácharos; el Salón Precioso; el Salón de los Pechos; el Salón de los Gigantes y otros.

Estalactitas en la Cueva del Guácharo. Fuente: Tigerfenix / Wikimedia.

Las principales galerías de la Cueva del Guácharo, en una extensión de 1.200 metros, pueden ser visitadas por el público y se ha acondicionado una caminería para proteger a los guácharos y evitar accidentes con los turistas. El resto de la caverna solo puede ser visitada para fines científicos o didácticos y con autorización del Instituto Nacional de Parques, INPARQUES, el ente encargado del resguardo del Parque Nacional.

Interior de la Cueva del Guácharo. Fuente: César Pérez / Wikimedia CC BY-SA 3.0.

El Monumento Natural Alejandro de Humboldt es el hábitat del guácharo, también conocido como ave de las cavernas o pájaro aceitoso (de allí su nombre científico: Steatornis caripensis). Esta curiosa ave tiene hábitos nocturnos y se ha adaptado a la vida en la oscuridad. Ha desarrollado un sistema de ecolocación empleando sus graznidos y su oído para poder volar sin luz. Su poderoso olfato, le ayuda a ubicar en la noche las frutas de las cuales se alimenta, lo que la hace casi única.

Los guácharos permanecen en la caverna durante el día y dejan la cueva en el crepúsculo. Comparten su hábitat con algunos murciélagos y roedores, además de insectos como arañas y escarabajos.

Guácharo (Steatornis caripensis)
Guácharo (Steatornis caripensis). Fuente: JYB Devot / Wikimedia CC BY-SA 4.0.

El Salto La Paila

Frente a la entrada de estacionamiento de la Cueva del Guácharo, un letrero da la bienvenida al Sendero de la Paila. Este es una caminería acondicionada y señalizada, que tras una media hora de recorrido llega hasta el Salto La Paila.

Este salto es una cascada de unos 30 metros de altura, en medio de un cañón estrecho con paredes muy altas. Solo se puede llegar a pie al Salto. El Sendero de La Paila va paralelo al río, entre altos árboles.

El recorrido por el Sendero sube por escalones muy empinados y al acercarse al Salto es suelo se torna resbaloso por la humedad. Es recomendable llevar zapatos adecuados y tomar previsiones para no resbalar.

El premio por la caminata es la hermosa vista de la cascada y sus dos deliciosas pozas que invitan a un refrescante baño.

Salto La Paila
Salto La Paila. Fuente: Carlos Emilio Bonett / Wikimedia CC BY-SA 3.0.

Al final de la tarde ocurre el gran acontecimiento cotidiano en el parque, cuando los guácharos salen de la cueva en numerosas bandadas y con un gran estruendo, para ir a buscar sus alimentos. Se trata de todo un espectáculo natural. Cada madrugada el fenómeno se repite pero a la inversa, cuando las aves regresan para descansar.

¿Cómo llegar a la Cueva del Guácharo?

Desde Caripe, se toma la Avenida Guzmán Blanco hacia el suroeste, en dirección a Maturín. Poco antes de salir del pueblo, frente al Restaurante Colombiano, se toma la vía de la derecha, que lleva directamente a la entrada de la Cueva.

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