Un largo recorrido en auto nos lleva desde Puerto Ordaz al corazón de la Gran Sabana. De pronto, a la izquierda aparece una construcción característica de los indígenas pemones, dejamos el vehículo y caminamos por un sendero hacia la selva. Y allí aparece, un riachuelo que se desliza sobre una losa de intenso color rojo. Es la Quebrada del Jaspe.
Llamada por los pemones Kako Parú, Quebrada del Jaspe es el nombre que se le ha dado a un río y una serie de caídas de agua al sureste de Venezuela, específicamente, en el sector oriental del Parque Nacional Canaima. Forma parte del Municipio Gran Sabana del Estado Bolívar, en la Guayana Venezolana. El lugar ha sido declarado Monumento Natural y como tal recibe protección por parte de las autoridades del Instituto Nacional de Parques, INPARQUES.
Una verdadera joya
El nombre de jaspe proviene de que las aguas circulan por una gran losa de de jaspe, de color rojo y vetas negras, con una longitud de unos 300 metros, aproximadamente. El jaspe es considerado una piedra semi-preciosa, formada por cuarzo y sílice, con un característico tono rojizo.
La Quebrada de Jaspe se encuentra a unos 60 kilómetros de Santa Elena de Uairén, cerca de una hora en auto. Este es uno de los lugares más visitados en la Gran Sabana. Su acceso es fácil, está bien señalizado y es una parada obligada para el turista. Desde el estacionamiento, se hace un corto y fácil recorrido por la selva para llegar a la quebrada.
El agua desciende en cascada hasta la losa de jaspe, donde apenas alcanza unos centímetros de profundidad. La cascada es excelente para darse un baño y disfrutar de su muy agradable temperatura, o tirarse sobre la losa y dejar que la quebrada te dé un suave masaje.
El lugar es el hogar de la Piedra Kueka, una enorme roca de 30 toneladas con una peculiar forma que recuerda a una ballena, y que es considerada por los pemones como su ancestro, pero esa es otra historia.
¿Cómo llegar a la Quebrada del Jaspe?
Debes tomar la troncal Troncal 10, la carretera que conduce a Santa Elena de Uairén. Una vez que se pasan los poblados de San Francisco de Yuruaní y Tarén, a poca distancia, en el Kilómetro 273, se encuentra el estacionamiento de la Quebrada. Una corta caminata, de unos 700 metros, lleva hasta esta joya de la naturaleza.
