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Araya, donde el mar es más azul

El norte del Estado Sucre está formado por dos penínsulas: Paria al oriente y Araya al occidente. La Península de Araya limita al sur con el Golfo de Cariaco. Es una región caracterizada por su aridez, pero ofrece al visitante playas bellísimas y su historia representada por las ruinas del castillo colonial que vigila sus costas.

Las principales actividades económicas en la península son la pesca y la explotación de sus famosas salinas. Sólo dos años después de la visita de Colón a estas tierras, en el año 1.500, ya se habían descubierto estos reservorios naturales de sal. La producción de las salinas era muy valorada en la colonia, para conservar el pescado durante el largo viaje a Europa. A la sal se le llamó el «oro blanco» de los españoles.

Visitar la gran laguna salobre se siente como estar en otro planeta, por los tonos púrpura que toma el agua según la incidencia de la luz solar, la profundidad del agua y el grosor de los paneles de sal.

Salinas de Araya
Salinas de Araya. Fuente: Chocospaguetti / Wikimedia.

El lugar más icónico de Araya es sin duda la Real Fortaleza de Santiago de Arroyo, conocida por los lugareños simplemente como «El Castillo». La fortaleza fue construida en 1.625 para defender las salinas de los ataques de los marinos holandeses. Esta fue la primera construcción de su tipo realizada en Venezuela. Un terremoto en el año de 1.684 deterioró seriamente la estructura.

Real Fortaleza de Santiago Arroyo
Real Fortaleza de Santiago Arroyo. Fuente: Lebijus / Wikimedia.

Las playas de Araya son de gran belleza y su oleaje no es muy fuerte. La más visitada es la playa frente a la Fortaleza, que ha pasado a conocerse como Playa del Castillo, acá hay servicio de toldos y los arayeros ofrecen comidas y bebidas.

Otra espectacular playa es Los Muertos, entre Araya y Punta Arenas. Se dice que allí hubo un cementerio, pero no quedan rastros del mismo. Sus arenas son muy blancas y sus aguas cristalinas. El viento aquí es muy fuerte, pero por ser muy plana, su oleaje es muy suave. Esto atrae a los practicantes del Windsurf, especialmente entre agosto y diciembre. La playa no tiene vegetación ni cuenta con servicios, así que debes llevar todo lo que vayas a necesitar, especialmente agua.

Otras playas para conocer en Araya son Mero, La Paria, Punta Arenas y Punta Colorada.

En Araya, el cielo y el mar toman un color azul muy intenso, que sirvió de inspiración al poeta Cruz Salmerón Acosta, nativo de Manicuare, para escribir su célebre soneto «Azul«.

Azul que del azul del cielo emana,
y azul de este gran mar que me consuela,
mientras diviso en él la ilusión vana
de la visión del ala de una vela
Playa del Castillo
Playa del Castillo. Fuente: Ronny Figueras / Wikimedia.

Pero si el azul de Araya es único, debes presenciar una puesta de sol junto al Castillo. No podrás olvidar los reflejos dorados en el mar mientras el cielo se viste de rojo y naranja.

Atardecer en Araya
Atardecer en Araya. Fuente: Jackson Perdomo /Wikimedia.

Gastronomía

No hay muchas opciones para comer en Araya, pues el pobado es muy pequeño, pero puedes probar El Timonel de Fabi, en la calle El Comando, o la Tasca Fergon Agustincito. En ambos lugares encontrarás buena comida y atención. Sin importar el lugar donde decida comer, trata de probar el chucho frito, que la especialidad de la zona.

Alojamiento

Igual que los sitios para comer, los lugares para hospedarse no abundan. Para disfrutar del mar a plenitud, está la Posada Araya Wind, en la Playa el Castillo, muy cerca de la Fortaleza.

Otra opción es la Posada Laguna Sal, en el pueblo, a solo una cuadra del muelle La Palita, con una hermosa vista al mar, en su propio restaurante preparan deliciosas pizzas. La Posada Petrica, frente a la Plaza Bolívar, es un lugar sin pretensiones pero limpio y con buena atención.

Playa del Castillo
Playa del Castillo. Fuente: Alfredo Varela Guédez / Wikimedia.

¿Cómo llegar a Araya?

Hay dos formas de llegar a la península. Por vía terrestre, desde Cumaná se toma la Troncal 09, vía Carúpano. Se cruza en Cariaco para tomar la carretera que conduce a Chacopata, siguiendo por Taguapire. El recorrido toma unas tres horas y se pueden observar espectaculares paisajes áridos y solitarios.

También se puede llegar por vía marítima, tomando uno de los “tapaítos”, una suerte de lanchas-autobús que salen desde Cumaná. Otra alternativa es contratar el viaje con los botes de los pescadores. El recorrido hasta llegar a Manicuare demora unos 30 minutos.

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