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215 años del Juramento del Monte Sacro

Impulsado por el idealismo propio de un joven de 22 años y decepcionado ante las tragedias que le habían tocado vivir, el 15 de agosto de 1.805 Simón Bolívar le jura en Roma a su maestro y amigo, Simón Rodríguez, consagrarse a la libertad de su patria. Es el famoso Juramento del Monte Sacro.

La vida del joven Bolívar no fue nada fácil, aún siendo hijo de padres acaudalados. Huérfano de padre y madre en su niñez, le tocó vivir al cuidado de sus tíos. A los 17 años es enviado a España para continuar sus estudios. Pero allí conoce a María Teresa del Toro Alayza y queda prendado de la joven: «una joya sin defectos, valiosa sin cálculo». Poco menos de dos años duró el noviazgo. El 26 de mayo de 1.802 la pareja contrae matrimonio y viajan a Caracas, donde María Teresa también tenía familiares.

Matrimonio de Simón Bolívar, óleo de Tito Salas
Matrimonio de Simón Bolívar, óleo de Tito Salas.

La felicidad no le duró mucho a Simón, pues María Teresa enferma de fiebre amarilla y muere en enero de 1.803. Viudo a tan corta edad, Bolívar jura no casarse jamás. Para olvidar su pena decide regresar a Europa. Se encuentra con su suegro en Madrid y luego viaja a París con un primo de María Teresa, Fernando Rodríguez del Toro. En la ciudad luz se reencuentra con su maestro, Simón Rodríguez.

Simón Rodríguez, maestro del Libertador

Simón Rodríguez
Simón Rodríguez.

En mayo de 1.791 al joven Simón Rodríguez se le da el cargo de profesor en la Escuela de Lectura y Escritura para Niños de Caracas. Cuatro años más tarde, le responsabilizan del cuidado y educación de un jovencito de 12 años, llamado Simón Bolívar.

El tío de Simón, Carlos Palacios y Blanco, no podía atenderlo personalmente. Al muchacho no le gustó mucho la idea de vivir con Rodríguez. Simoncito se escapó de la casa de su tío Carlos y buscó refugio con su hermana mayor, María Antonia. De nada le sirvió, pues fue llevado obligado a la escuela del maestro Rodríguez. Sin embargo, entre los dos inició una relación fructífera que se se mantuvo hasta que Bolívar cumplió 14 años. Simón Rodríguez ejerció una gran influencia en el carácter y en las ideas del Libertador.

Al reencontrarse en París con Simón Bolívar, siete años después. Maestro y discípulo retoman su amistad y comparten lecturas y discusiones. Al año siguiente deciden viajar juntos a Italia. En Milán, tienen la oportunidad de presenciar de la coronación de Napoleón Bonaparte como nuevo Rey de Italia y de Roma el 26 de mayo de 1.805.

El Juramento del Monte Sacro

En las afueras de la Roma de inicios del siglo XIX, a poco más del cuatro kilómetros del Capitolio, se levanta una pequeña colina de unos cincuenta metros de altura, a sus pies corre el río Aniene en su camino hacia el Tíber. El Monte Sacro era un lugar perfecto para dar un paseo, entrar en contacto con la naturaleza y observar desde lo alto la belleza de la ciudad eterna.

El puente Nomentano en Roma. Ilustración de Giuseppe Vasi en 1.797. A la derecha se observa el Monte Sacro
El puente Nomentano en Roma. Ilustración de Giuseppe Vasi en 1.797. A la derecha se observa el Monte Sacro.

En su estadía en Roma los dos Simones, Bolívar y Rodríguez, seguramente hicieron varias caminatas al Monte Sacro. Mientras, imbuidos de las ideas imperantes en la Europa de la época, conversaban sobre los grandes temas del momento: libertad, igualdad, fraternidad, justicia. Pero en la tarde del 15 de agosto, Bolívar, que contemplaba a lo lejos la imponente ciudad, se voltea y mira a su maestro a los ojos mientras dice:

¡Juro delante de usted, juro por el Dios de mis padres, juro por ellos, juro por mi honor y juro por mi patria, que no daré descanso a mi brazo, ni reposo a mi alma, hasta que haya roto las cadenas que nos oprimen por voluntad del poder español!

Simón Bolívar

La exactitud tanto del lugar como de las palabras que pronunció Bolívar en ese solemne momento son discutidas aún por historiadores e intelectuales. El propio Simón Rodríguez, en sus anotaciones personales, indica que fue una de las varias colinas que rodean a la ciudad capital de Italia. Él mismo dice que era el Monte Sacro. Ya anciano, el Maestro recordó el momento en una conversación que sostuvo en 1.850 en Quito, con el doctor Manuel Uribe Ángel. La entrevista fue publicada por el escritor Fabio Lozano y Lozano en su libro «Maestro del Libertador», editado en 1.913 en París.

Por otra parte, Simón Bolívar se refiere a este hecho en una una carta que envió a su Maestro Rodríguez, desde Pativilca, Perú, el 19 de enero de 1.824. En la misiva, el Libertador saluda a su amigo al saber que ha regresado a Sudamérica, pero no ahonda en los detalles del Juramento del Monte Sacro.

Independientemente de los pormenores exactos de ese momento, lo trascendente es que con el Juramento del Monte Sacro, Bolívar decide consagrar su vida a la causa de liberación de su patria y de todo el continente latinoamericano. El Libertador regresó al año siguiente a Caracas.

El Juramento del Monte Sacro representa el compromiso de un joven de luchar por la independencia y la libertad de su patria y de toda la América meridional. Su idea no se centra en la emancipación de un país, sino de todo un continente, liberar a un pueblo de las cadenas de la opresión.

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