Aquiles Nazoa se describió a si mismo de la siguiente manera: «Nací en la barriada El Guarataro, de Caracas, el 17 mayo de 1920. He estudiado muchas cosas, entre ellas un atropellado bachillerato, sin llegar a graduarme en ninguna. He ejercido diversos oficios, algunos muy desagradables, otros muy pintorescos y curiosos, pero ninguno muy productivo, para ganarme la vida«. Este poeta, periodista y humorista supo retratar como ninguno la esencia del venezolano de mediados del siglo XX.
Fue protagonista de una atropellada biografía en la que estuvo preso por «escribir cosas inconvenientes», colaboró con El Morrocoy Azul, una de las más recordadas publicaciones humorísticas en el país, estuvo en el exilio y fue laureado con el Premio Nacional de Periodismo y el Premio Municipal de Literatura (Distrito Federal), publicó numerosos libros de poesía y ensayo y falleció en un accidente automovilístico en 1.976.
El legado de Aquiles Nazoa
Nazoa es recordado por su humor peculiar, que se refleja en su obra, describiendo con precisión la cultura venezolana de su época. Su vena romántica quedó impresa en la hermosísima Balada de Hans y Jenny, que recuerda los amores del escritor danés Hans Christian Andersen y la cantante Jenny Lind.
El poeta colaboró con el cineasta Carlos Hugo Christensen en el guión del clásico del cine venezolano La balandra Isabel llegó esta tarde (1950), sobre el cuento homónimo de Guillermo Meneses.
En 1967 se dedicó a la producción del programa Las cosas más sencillas, para la televisión nacional. Con esta serie llegó a ser conocido por muchos venezolanos y dejó una fuerte influencia en la siguiente generación.
Sin ser músico, su obra inspiró a Federico Ruiz para crear la ópera Los Martirios de Colón, estrenada en 1.993. El compositor se basó en el texto satírico Los martirios de Colón, fragmento de un diario escrito por el famoso erudito Mamerto Ñáñez Pinzón e Importancia y Protección de la Ñema de Colón, extraído del libro Humor y Amor, tal vez su obra más difundida.
El pensamiento de Aquiles Nazoa se resume en el hermoso Credo, que parafraseando la oración católica, nos deja un catálogo de las influencias que formaron su obra y su carácter.
En homenaje a su centenario, el Centro Nacional del Libro (CENAL) publicó el Credo de Aquiles Nazoa en un hermoso libro ilustrado que se puede descargar en este enlace.