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jueves, junio 1, 2023
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Las alegres guacamayas de la ciudad

Caracas tiene muchas peculiaridades. Una de ellas es que, mientras en otras ciudades abundan las palomas, en esta ciudad abundan las guacamayas, que alegran los atardeceres con su vuelo en parejas y sus chillidos o que llegan buscando comida a los balcones de los apartamentos caraqueños.

Pero estas aves de brillante colorido no son nativas del valle, su hábitat natural está en las zonas selváticas de la cuenca del río Orinoco. Llegaron a la ciudad tal vez a través del tráfico ilegal, se escaparon de su cautiverio pero encontraron un clima ideal y muchas personas dispuestas a alimentarlas.

Ara ararauna en el Parque del Este
Ara ararauna en el Parque del Este. Fuente: Fernando Flores / Wikimedia (CC BY-SA 3.0).

Cuatro especies

En los cielos caraqueños se pueden ver por lo menos cuatro especies distintas de guacamayas, un ave perteneciente al orden de las Psittaciformes, que incluye a los loros, los pericos y las cacatúas. La guacamaya azul y amarilla (Ara ararauna), la más común en Caracas, es una especie en peligro de extinción, Mide entre 76 y 86 centímetros de largo y se caracteriza por su plumaje de color azul en la parte superior y amarillo en el pecho y el vientre. Su fuerte pico es de color negro y sus patas de color gris oscuro. 

La guacamaya bandera (Ara macao) llega a medir hasta 90 cm de longitud. Se distingue por su plumaje de colores vivos, que es principalmente rojo escarlata, con plumas azules y amarillas con verde que van desde las alas hasta su cola. La guacamaya roja (Ara chloropterus), destaca por su plumaje escarlata con algunas plumas verdes o azules en sus alas. La mas pequeña de todas es el maracaná o guacamaya severa (Ara severus), que puede llegar a medir 50 centímetros, de brillante color verde, con plumas rojas bajo las alas y su cola en azul y rojo.

Estos bulliciosos animales llegan a las ventanas y balcones de muchos caraqueños, que se alegran con su visita y les proveen de alimentos. Pero a veces se les da comida que no es la apropiada. La dieta de estos animales es a base de frutas carnosas, como la lechoza, el cambur o el mango, que les encanta. Se les puede dar semillas, especialmente de girasol o maní. Pero no se les debe dar pan, galletas o golosinas.

Estas hermosas aves no están hechas para la vida en cautiverio, por lo que no se les debe enjaular. Si reciben alimento, seguramente regresarán por más y traerán a algunas compañeras. A cambio, traerán la belleza de sus plumaje, su vuelo gracioso y sus alegres alaridos.

La alimentación de las guacamayas es a base de frutas y semillas
Fuente: Pico Lusinchi / Pxhere

El motorizado de las guacamayas

En los años 70, un joven de origen italiano se hizo conocido en Bello Monte porque siempre era perseguido por una guacamaya al andar en su motocicleta. Viittorio Poggi llegó a Venezuela en 1.950, con cuatro años de edad, vino con su madre desde Génova, para encontrarse acá con su padre.

Vittorio pasó algunos años en Caracas y luego regresó a Italia para cumplir el servicio militar y estudiar en la universidad. En 1.968 regresó a Venezuela y se dedicó a la carpintería. Un buen día, una guacamaya llegó a su ventana, él se dedicó a cuidarla y ella más nunca lo dejó. La bautizó como Pancho.

Pronto las aves que llegaban a su ventana fueron 2, luego 3 y así, Vittorio ayudó a muchos ejemplares, que han diseminado su descendencia por el valle. Hoy en día cuida de 30 guacamayas en su granja en las afueras de la ciudad, que comparten su atención junto con 20 perros, gatos, chivos, gallinas, tortugas y pavos reales.

Las guacamayas han encontrado en Caracas un hábitat favorable
Las guacamayas han encontrado en Caracas un hábitat favorable. Fuente: Rufino Uribe / Flickr (CC BY-SA 2.0).
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