Si el archipiélago de Los Roques es uno de los encantos turísticos más importantes de Venezuela, Cayo de Agua, una pequeña isla de blancas arenas al extremo oeste del Parque Nacional, es uno de sus más bellos rincones. Realmente es un lugar espectacular que deja un recuerdo imborrable en quienes la visitan.
El nombre de este singular cayo se debe a que en su interior hay pozos de agua dulce, de donde se abastecían los primeros pobladores que llegaron al archipiélago. Sin embargo, ahora no hay allí ningún asentamiento humano. El solitario faro es la única estructura construida es este lugar.

Sus arenas muy blancas son el resultado de la erosión durante siglos de los arrecifes coralinos. La característica más resaltante de Cayo de Agua es que está dividida en dos partes, que se comunican a través de un camino de arena. Dependiendo del nivel de la marea, se puede cruzar de un lado al otro sin tocar el agua. Cuando las aguas cristalinas suben, pueden llegar hasta el nivel de la cintura, pero siempre permiten ver el fondo.
Esta diminuta isla tiene una longitud de poco más de tres kilómetros y su parte más ancha mide cerca de 400 metros. Su superficie total es de 60,9 hectáreas. La riqueza biológica del lugar se ve en las aves que visitan el islote, entre ellas el pájaro bobo, los guanaguanare y los flamencos, además de algunas iguanas, lagartijas e insectos. Bajo el agua, más de 600 especies de peces, crustáceos y moluscos, además de esponjas, erizos y estrellas de mar, conviven en el arrecife de coral. No es raro ver delfines, ballenas y mantarrayas así como tortugas de mar.

Los colonizadores ya lo conocían
Los colonizadores españoles registraron desde el siglo XVI la existencia del archipiélago de Los Roques y de este cayo, que pasaron a formar parte desde 1.589 de la Provincia de Venezuela. A partir 1.910, pescadores provenientes de Margarita comienzan a instalarse en el Gran Roque, el único centro poblado en estas islas. El 8 de agosto de 1.972 el archipiélago es declarado Parque Nacional.
Visitar Cayo de Agua es obligatorio si se viene a Los Roques. Hay que tomar en cuenta que se debe llevar suficiente comida y bebidas, pues en el lugar no hay restaurantes ni donde alojarse.
Entre las actividades que se pueden realizar acá está la pesca deportiva, la observación de aves, la natación, la navegación en kayak o botes de remo, el windsurf, el esnórkel y el buceo entre los corales. O simplemente puedes dar un paseo por la costa, atravesar «el camino» entre los dos lados de la isla y tumbarte a disfrutar del sol. Esto último hay que hacerlo con precaución y empleando protector solar, ya que aquí no hay palmeras ni árboles que den sombra. El sol «pica», especialmente a horas del mediodía. No sería mala idea llevar una sombrilla para protegerse.

Azules como en ningún otro sitio
Si llegas a visitar esta maravilla de nuestro país, estará de acuerdo que en ningún otro lugar se ven juntos tantos tonos de azules como los que el mar y el cielo nos regalan acá. Es un lugar paradisíaco. Forma, junto a otros cayos vecinos, una especie de enorme piscina natural que la convierten en un lugar ideal para el buceo, donde los los cardúmenes de coloridos peces que nadan entre lo enclaves de coral sorprenden al que tiene el privilegio de observarlos.
Los pescadores de la zona tienen la fortuna de trabajar en unas aguas apacibles, generalmente de intenso color turquesa con una temperatura promedio anual de de 27 °C, generosas en cantidad y variedad de peces, cangrejos y langostas, que luego hacen las delicias de los comensales en los restaurantes y posadas del Gran Roque.
La belleza incomparable de las arenas blancas y las playas solitarias de cayo El Agua, junto al colorido, abundancia y exotismo de las aves que visitan el islote hacen de estas las mejores playas del país. El año pasado, el portal de National Geographic la calsificó como la número 11 de las mejores playas de todo el planeta.

Cómo llegar a Cayo de Agua
En el muelle de la isla del Gran Roque, se toman las lanchas que llevan a los turistas hasta Cayo de Agua o a cualquiera de los otros cayos de Los Roques. Es importante coordinar en el muelle, ya que no todos los días salen excursiones hasta el islote. Nuestro destino es uno de los más retirados, así que el viaje toma como 45 minutos, pero vale la pena. Luego no querrás marcharte.