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jueves, febrero 15, 2024
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Jajó, el pueblo más bonito de Trujillo

Saliendo de Valera por la vía hacia Timotes, un desvío a la izquierda conduce hasta Jajó, sin duda el pueblo más bonito del Estado Trujillo. El viaje, más bien el paseo, toma cerca de una hora, disfrutando de los hermosos paisajes montañosos del Municipio Urdaneta.

Este hermoso pueblo andino fue fundado en 1611, por lo que posee más de 400 años de historia. Los españoles Sandro Briceño Graterol, Ángel Enrique Segovia y Fernando Araujo escogieron un espléndido valle entre las montañas para establecer una comunidad que ha mantenido sus características coloniales en pleno siglo XXI. Allí el tiempo parece haberse detenido.

La belleza de la población de Jajó le ha hecho ganar con amplios méritos el título de “Perla de Los Andes”. A Jajó lo caracterizan su fresco clima de montaña, su arquitectura colonial y sus calles empedradas. Pero lo más importante es que la gente del pueblo es amable y cordial, siempre dispuesta a atender con cariño y esmero al visitante.

Los lugareños se dedican a la agricultura. En los alrededores destacan los sembradíos de papas, zanahorias, perejil y ajoporro. El clima templado se presta para cosechar café y fresas. Por supuesto, en Jajó se cultivan hermosas flores que surten los mercados de Valera, Trujillo y La Puerta.

Iglesia de San Pedro en Jajó
Iglesia de San Pedro Apóstol en Jajó. Fuente: Ernesgo24 / Wikipedia.

El edificio más resaltante de Jajó es la imponente iglesia de estilo barroco colonial dedicada a San Pedro Apóstol. Construida durante el periodo entre 1890 y 1998 se alza frente a la Plaza Bolívar, el centro de las actividades del pueblo.

Un aspecto muy propio de Jajó es que ha mantenido su arquitectura colonial. Las calles están empedradas y las viviendas mantienen sus fachadas con altas puertas de madera, ventanas enrejadas y techos de caña brava con tejas de arcilla. El pueblo se mantiene como si el tiempo hubiese dejado de correr en las primeras décadas del siglo pasado. Esta peculiaridad de Jajó le ha hecho escenario de películas de época y comerciales para la televisión.

El otro encanto de Jajó son las espectaculares vistas desde las montañas que lo rodean. Es obligatorio levantarse temprano y disfrutar de un amanecer entre la neblina que se disipa, para luego disfrutar de un café calientito y unas deliciosas arepas preparadas por la gente del lugar.

Hortalizas en la vía a Jajó. Fuente: Juanm Dioses / Wikimedia.

La Gastronomía

En Jajó se come al estilo andino. Los desayunos son abundantes: huevos revueltos, carne mechada, caraotas refritas, abundante queso rallado y unas arepas enormes y muy delgadas, todo acompañado de un café negro recién colado. En cualquiera de las posadas del pueblo puede disfrutar de esa extravagante comida para iniciar el día con mucha energía.

Por la tarde puede dirigirse al Rincón de Antonio, a pocas cuadras de la Plaza Bolívar, donde elaboran deliciosos panes artesanales y sirven variadas comidas típicas de la región.

Dónde alojarse en Jajó

La Posada Turística Jajó es el sitio ideal para pernoctar en el pueblo, por su céntrica ubicación frente a la Plaza Bolívar. 

En la Posada Anita, a sólo dos cuadras de la iglesia, la señora Ana Isabel le atenderá como si estuviera en su propia casa. 

Algo retirada del centro de Jajó, La Posada el Arbolón, en el sector La Loma le ofrecerá, además de sus cómodas habitaciones, panorámicas espectaculares de las montañas de Trujillo.

Cómo llegar a Jajó

Desde Valera se toma la vía hacia Timotes. Antes de salir del Estado Trujillo, tome a la izquierda la ruta que conduce hacia Niquitao. Luego de 42 kilómetros se divisa el valle de Jajó. Las características calles empedradas le indicarán que ha llegado a su destino. El viaje toma menos de una hora, pero de seguro se prolongará mucho más, ya que es necesario hacer paradas para visitar las tiendas de los vendedores de artesanía y dulces y disfrutar de un aromático café andino.

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